Vestidos canasteros, muy ligeros y repletos de volantes. Con encajes y puntillas confeccionados en algodón, pero de diferentes texturas y sin dejar de lado las gasas, la organza y la seda para crear volumen fueron otras de las bazas de la colección de Basi del Río, que mostró unos 40 modelos; la mitad de ellos pertenecen a la línea comercial, mientras que la otra son exclusivos, es decir, que la creadora sólo ha hecho uno de cada. El elemento transgresor de la colección fueron los pañuelos de «piel de ángel» -una tela parecida al raso- sobre la cabeza de las modelos, anudados con lazos muy grandes a un lado del cuello. Según del Río, éste era el «look de las romerías antiguas». La diseñadora reconoció que en esta ocasión sus nuevas creaciones tienen un lado vintage.
La música no faltó en ningún momento del desfile, ya que contó con la actuación de la cantante cordobesa Lya y del grupo Kalité Flamenco.
La difusión del evento, pero sobre todo, la solidaridad del público hizo que el Real Círculo de la Amistad se quedara pequeño, ya que el aforo estuvo completo. El precio de las entradas fue de 10 euros y la recaudación fue a beneficio de la entidad Down Córdoba.
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